En medio de la ejecución de tareas extremadamente repetitivas, los trabajadores de un supermercado encuentran espacio para expresar sus dudas y afectos, sus miedos y sueños poco probables. El humor, el drama, el misterio, el romance y la física cuántica coexisten junto con los cartones de leche, los cortes de carne, los códigos de barras y las cámaras de seguridad. Empapados en el espacio confinado de un supermercado, estos trabajadores no permiten que su rutina secuestre su espíritu.